Khumbu 2019

14 octubre 2019
Khumbu 2019

He pasado el último mes en el valle del Khumbu, en Nepal. Fui para pasar tiempo con la familia y también para entrenar y hacer montaña. Con este viaje Maj conoció por primera vez la montaña y la cultura local. Las condiciones meteorológicas no fueron las ideales, con mucha nieve y precipitaciones. Tenía en la cabeza algunos proyectos, pero que sabía que dependerían mucho de las condiciones y de la meteorología. Al final no pude completar ninguno de los proyectos por diferentes razones, pero a pesar de todo disfruté muchísimo de las montañas aun con las malas condiciones. En estas semanas fui capaz de llevar a cabo un ascenso hasta 8.300m en el Everest siguiendo una variación de la ruta que los polacos llevaron a cabo en los años 80. Lo hice siguiendo el estilo "fast & light" con el que me gusta ir a la montaña. Di media vuelta al llegar a 8.300m por las malas condiciones y el peligro de aludes. Aunque no hice cumbre la experiencia fue muy enriquecedora: ir con el mínimo material posible, estar solo en la montaña y pensar en nuevos proyectos!

 

 

Familia

Desde que subí al Everest en 2017 muchas cosas han cambiado. La más importante es que ahora tenemos una hija, Maj. Con Emelie queremos intentar que nuestra hija pueda amar lo que a nosotros nos apasiona. Por ello planteamos unas vacaciones muy diferente este año. Fuimos a Nepal como cada año, pero Maj se vino con nosotros.

Nepal es un lugar que nos gusta mucho a Emelie y mí. Hemos estado aquí varias veces y nos gustan sus tradiciones y cultura, además de disponer de un terreno único. Por todo esto queremos compartir este estilo de vida con nuestra hija.

 

Montaña

 

El proceso de aclimatación no fue como lo habíamos previsto. Desde que llegamos al valle del Khumbu a principios de septiembre tuvimos mal tiempo: precipitaciones cada día y sin sol. Por eso casi no pudimos aclimatar en altura y sólo pudimos subir hasta 6.000m en pequeñas cimas. Durante estos días pasé bastante tiempo con mi amigo Andrzej Bargiel y su hermano, y compartimos momentos en la montaña y alrededor de a la mesa hablando con ellos y sus proyectos así como con el resto de alpinistas que estaban al Campo Base Everest: Garrett Madison, el equipo del Andrezej y los @polskihimalaizmzimowy

Había un serac de 60m que colgaba a 1.000m sobre la cascada de hielo y que parecía que tuviera que caer en cualquier momento. Además, no paraba de nevar. Por ello, las tres expediciones decidieron renunciar a la expedición a finales de septiembre o principios de octubre. Por mi parte, consideré que valía esperar un poco. La primera semana de octubre marcaba que haría buen tiempo así que decidí intentarlo.

El 30 de septiembre salíamos con Carlos Llerandi de Gorak Shep (el último pueblo antes del campo base) y subimos hasta el campo 1 (6.000m) con buenas condiciones. Al día siguiente subí hasta 7.500m por la canal izquierda del espolón de los ginebrinos para aclimatarme y bajé hasta el campo 2, que instalamos en 6.400m. Después de pasar unas horas descansando, comenzó la aventura. La medianoche del 4 de octubre empecé a subir desde el C2. Al llegar a 7.400m, y ver la gran cantidad de nieve y de capas debidas a un alud, decidí variar un poco mi ruta y dirigirme hacia el espolón sureste ya que es más rocoso y queda mejor protegido de los aludes. Seguí avanzando hasta 8.000m con nieve muy profunda e inestable. Entonces decidí dirigirme hacia la ruta normal, cruzando hacia la derecha, para ver si las condiciones habían mejorado. Cuando llegué a las pendientes del Coll Sur en el Balcón, vi que las condiciones eran malas. Había una capa muy inestable, así que alrededor de los 8.300m y antes de llegar al Balcón decidí girar y volver a bajar.

Enlace a la actividad

Al día siguiente desmontamos el campo y bajamos hacia Goraksherp.

Aunque no conseguí ninguno de mis objetivos a nivel deportivo, estoy muy satisfecho de la experiencia, ya que me permitió probar muchos proyectos que tenía en la cabeza.

Uno de mis objetivos es intentar eliminar los campos base y toda la logística que implica. En este sentido, Nepal ofrece una oportunidad única ya que los pueblos están muy cerca de la montaña. Así, llevando todo el material en la mochila y quedándome en un lodge en Gorakshep, pude salir dede allí directamente hacia la montaña, pasando sólo una noche fuera. Este tipo de expedición es lo que más se parece a lo que hago en Noruega o en los Alpes. Casi no requiere logística ni ningún sistema complejo como los que tienen habitualmente las expediciones (tiendas, porteadores, cocineros ...). Así, sólo llevo lo que me puedo llevar desde casa.

Fue muy especial estar solo en la montaña. Carlos era la única persona que había en el C2. Haciéndolo de una sola tirada es una experiencia brutal para mí; me siento como un animal intentando escalar. Es la forma en que me siento más conectado con la montaña, y me sería muy difícil poder encontrar este sentimiento si no lo hiciera con este estilo, con esta logística o en estaciones del año diferentes. Aunque el objetivo deportivo es más difícil de alcanzar, lo que me aporta es mucho más intenso y positivo para mí.

Ahora vuelvo a casa, hacia montañas más bajas ¡pero con la cabeza llena de ideas y motivaciones para el futuro!

25 October 2019

Final de las Golden Trail World Series a Nepal

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